1.INTRODUCCIÓN  

Uno de los aspectos básicos del proceso de entrenamiento y competición hace referencia a la implementación de los estilos de juego.
En el presente artículo trataré de responder a una cuestión que nos planteamos con asiduidad en la comunidad de entrenadores/as, relacionándola con otros elementos del proceso de entrenamiento y competición. ¿A qué jugamos?
Para resolver esta cuestión debemos atender a varios puntos de importancia que normalmente aparecen en cada reto que afrontamos. Podríamos simplificarlo en un grupo de 4 puntos pero sin entender que el orden de la exposición tiene una relación directamente proporcional a su importancia. Cada punto aquí reseñado será desarrollado en apartados posteriores:
a) Club o institución.
b) Sensibilidad del entrenador.
c) Competición.
d) Características de l@s jugadores/as.

En función de otros factores influyentes en los procesos de dirección de nuestro equipo (Cultura, exigencias, momento de asunción del reto, situaciones especiales de exigencia…etc.), el orden de los 4 puntos marcados puede variar a la hora de organizarlos en relación a su importancia.
En mi opinión, si me piden que realice una elección sobre el punto más importante de los 4 presentados optaría por el d) Características de l@s jugadores/as, ya que en función de las mismas, l@s jugadores/as se desarrollaran mejor en referencia a un estilo que a otro. Podríamos decir que en función de a “quién” esté entrenando, utilizaré un “cómo” concreto relacionado con sus características. Pero profundizaremos mucho mas acerca de esta cuestión en relación al aporte de la evidencia y también de mi experiencia como entrenador durante los últimos 20 años.
La propuesta de este artículo será la de unificar criterios a la hora de tratar los diferentes estilos de juego a la vez que utilizamos un lenguaje sencillo para referirnos a los mismos, que actué como medio facilitador a nivel de comunicación para toda nuestra comunidad del fútbol.
La segunda idea y que será el hilo conductor del presente trabajo será la de arrojar luz sobre la importancia de gestionar de forma óptima los diferentes estilos de juego con el objetivo de favorecer el desarrollo de nuestr@s jugadores/as, de los equipos a los que dirigimos o de estructuras completas pertenecientes a cualquier club.

Estos estilos responden a unas intenciones que se relacionan con las características propias, con las características del adversario y con el contexto en el cual se da nuestro proceso de entrenamiento y competición.
Estas intenciones serán consecuencia de comportamientos proactivos (nuestro equipo podrá imponer el estilo deseado), o de comportamientos reactivos (Nuestro equipo será sometido por el oponente o por diferentes episodios que acontecen en la competición).
De esta manera, los equipos tendrán una actividad en relación a los momentos del juego, entendiendo los mismos como:

Cada momento de juego arriba diferenciado tendrá un dinamismo (Continuum) que oscilará en función del contexto y de diferentes emergencias que acontecen en el juego respondiendo a 2 cuestiones claramente diferenciadas dependiendo de si nos encontramos en momentos con balón o sin el.

Esta reflexión acerca de estas respuestas (Proactivas o reactivas) la podríamos reflejar de esta manera:

a) Juego elaborado (Momentos con balón).
b) Juego directo (Momentos con balón).
c) Juego presionante (Momentos sin balón).
d) Juego replegante (Momentos sin balón).

Tratando de unir los momentos del juego con las respuestas arriba detalladas, podríamos definir los diferentes estilos de juego en los que profundizaremos a los largo del presente artículo.
Por lo tanto, los estilos de juego quedarían reflejados de la siguiente manera haciendo un total de 4 intenciones asignadas a los diferentes momentos “organizados” y en “transición” generando 8 tipos diferentes. (En este apartado me apoyaré en las ideas y en las influencias que en mi ha generado Ibon Echeazarra y su trabajo en el departamento de Metodología del fútbol base de un club profesional (2017-19), y que trato de llevar a mi proceso de entrenamiento adaptándolas al contexto en el que me encuentro:


1. Estilo elaborado desde la organización (Momento con balón).
2. Estilo elaborado desde la transición (Momento sin balón a momento con balón).
3. Estilo directo desde la organización (Momento con balón).
4. Estilo directo desde la transición (Momento sin balón a momento con balón).
5. Estilo presionante desde la organización (Momento sin balón).
6. Estilo presionante desde la transición (Momento con balón a momento sin balón).
7. Estilo replegante desde la organización (Momento sin balón).
8. Estilo replegante desde la transición (Momento con balón a momento sin balón).

2. ¿QUÉ ESTILO DE JUEGO UTILIZAMOS?

Comenzamos este capítulo con una pregunta que necesita de una respuesta acertada. Estamos ante una de esas cuestiones en las que el cuerpo técnico de un equipo o la dirección de una estructura de fútbol no puede fallar. ¿A qué vamos a jugar?
Para ello, lo primero que debemos realizar es un análisis situacional del contexto en el que nos encontramos y a partir de ahí identificar que necesidades debemos cubrir a todos los niveles.
El esquema que os he enseñado en la introducción del artículo puede valer como punto de partida para conformar lo que posteriormente será nuestro proceder en el campo. Hacia referencia a los 4 pilares básicos a los que atender para trazar un rumbo que soporte las demandas de nuestro proceso de entrenamiento y competición. En este caso y para un mejor entendimiento de este apartado, vamos a imaginarnos una situación concreta para poder identificar dichas demandas; Seremos un/a entrenador/a que afronta el reto de dirigir a un equipo profesional durante un año comenzando en condiciones normales en estos casos, con un periodo para conocer el proyecto y planificar antes de comenzar con el periodo preparatorio.

A partir de este momento, el/la entrenador/a deberá atender a los 4 pilares mencionados con anterioridad:


a) Club o institución: Nos encontramos ante la entidad que nos ha contratado. Esta entidad tiene sus intereses y debemos hacer lo posible por alinearnos de la mejor forma posible para ir de la mano y compartir los mismos objetivos a nivel deportivo. Dentro de esta institución no solo
se encuentran sus dirigentes, sino que también están todos sus aficionados, parte fundamental que exige especial atención.
Nos puede venir bien utilizar esta hoja de ruta con algunos elementos para favorecer la relación entre las dos partes a la vez que generamos un clima idóneo para trabajar juntos:

b) Sensibilidad del/a entrenador/a.
Durante mucho tiempo se ha considerado que esta sensibilidad del/a entrenador/a con el juego podía ser lo único a lo que se atendía para empezar un proyecto.
Hemos visto a lo largo del tiempo como se ha pretendido en muchas ocasiones llevar a cabo un proyecto que en algún momento tuvo éxito, a otro contexto diferente sin un trabajo previo de adaptación ni de identificación de las demandas sobre el nuevo destino. En muchas ocasiones el resultado final no se correspondió con el esperado.
Pueden existir al menos 3 situaciones relacionadas con la sensibilidad con el juego del/a entrenador/ a que tendrán diferente impacto en el proceso de entrenamiento y competición:

c) Competición:
Las demandas de cada campeonato son diferentes. No hablo solamente de una cuestión cultural. No es los mismo competir en 1ª división, que en 2º división o en 3ª, ya que cada una de ellas pueden tener demandas a cubrir diferentes y los equipos deben estar preparados para responder a las mismas.
En mi opinión, el/la entrenador/a debería realizar un estudio previo sobre la naturaleza de la competición en la que está inmerso respondiendo a una serie de preguntas relevantes que le orientaran en su camino. Estas preguntas podrían ser las siguientes:


• ¿Qué perfil de equipos tienen éxito en la competición?

• ¿Qué perfil equipos fracasan en la competición?

• ¿Cómo se realizan los goles en la competición?

• ¿Qué estilos de juego imperan en la competición y como se relacionan con el rendimiento?

• ¿Cuánto tiempo efectivo se juega por partido?

• Y otras cuestiones que l@s diferentes entrenadores/as puedan considerar importantes para conocer la competición.

Cuanto mayor sea el conocimiento de la competición mayor probabilidad tendremos de conocer las demandas que pueden acontecer en la misma.

d) Características de l@s jugadores/as:
En mi opinión este seria el punto más importante al que deberíamos atender para poder realizar una buena gestión en cuanto a estilos de juego se refiere.
En función de las características de nuestr@s jugadores/as podremos determinar que vías podemos utilizar para proceder de la mejor manera.
Aunque las características de l@s jugadores/as pueden resultar heterogéneas, debemos identificar cual será nuestro estilo en función de las mismas para saber que forma de proceder nos puede acercar al éxito.
En relación a esto, dispondremos de unos estilos preferentes que podremos mostrar de forma regular para acercarnos al éxito (resultado), y que por otro lado como trataremos en otro apartado del presente artículo (Estilos de juego y su programación), deberá tener más presencia en nuestro proceso de entrenamiento con el objetivo de generar conocimientos previos de los que el/la jugador/a puede tirar en la competición cuando tenga que solucionar cualquier adversidad que acontezca en la competición con el estilo pretendido.
Aún así, debemos contemplar como importante la interacción del oponente y saber que esa relación de oposición va a generar emergencias no previstas y acontecimientos que nos van a llevar a la utilización de otros estilos que posiblemente se alejen de nuestros estilos preferenciales. Para ello, mi propuesta más allá de no poder fallar a la hora de identificar nuestros estilos preferenciales, será la de experimentar en nuestro proceso de entrenamiento con los demás estilos de juego, ya que la competición (alrededor de 35- 40 partidos regularmente) nos va a llevar en algún momento a desarrollarlos. La distribución del tiempo de entrenamiento empleado en relación a los diferentes estilos de juego podrá resultar de la identificación de la naturaleza de los estilos de juego en función de nuestras características, de la relación con el oponente y de las situaciones especiales de la competición.

De esta manera podríamos clasificar los estilos de juego en 3 (Profundizaremos sobre ello en el apartado 5, los estilos de juego y su programación):

DIFERENTES ESTILOS DE JUEGO (Castellano y Pic, 2019)

3. ESTILOS DE JUEGO Y SU RELACIÓN CON EL MODELO

Para la conformación de un Modelo de juego (en adelante MDLJ) es fundamental dedicar un apartado a los estilos de juego a desarrollar.
¿A qué puntos atendemos cuando estamos con formando un MDLJ?. En la propuesta que os traslado a continuación, vamos a fijarnos en 5 ítems a desarrollar que iré explicándo uno a uno, deteniéndome con más profundidad el caso del estilo de juego.
Los ítems a desarrollar para la conformación del MDLJ, serian los siguientes:

1) Momentos de juego.
2) Estilos de juego.
3) Comportamientos en el juego.
4) Relaciones en el juego.
5) Conductas/hábitos en el juego.

Desde esta construcción a nivel teórico, debería resultar sencillo el poder proyectarlo al entrenamiento
y competición, es por ello que cuando lo llevamos al proceso de entrenamiento mediante una tarea o juego seguiremos un esquema claro como veremos en este apartado y también en posteriores (Estilos de juego y como proyectarlo a tareas de entrenamiento).
Para crear nuestro MDLJ debemos atender a la lógica interna de nuestro deporte e identificar sus elementos para darle sentido a este proceso de creación.
En primer lugar debemos hacer referencia a los momentos que existen en el juego.
¿De cuántos momentos estamos hablando?. No hablamos de defensa o ataque, estamos hablando de disponer del balón (MCB) o de estar en disposición de recuperarlo (MSB). Una vez identificados estos dos momentos debemos realizar una diferenciación clara en relación a 2 fases. En este caso hablamos de fase de organización y de fase de transición.
De esta manera, ya podemos abordar los puntos en los cuáles se apoyará nuestro MDLJ para que puedan hacer referencia a cualquier situación que acontezca en el entrenamiento y competición (Ítem 1.).
El primer esquema quedaría de la siguiente forma para este item 1 referente a los momentos del juego:

a) Momento con balón (MCB). Fase de organización.
b) Momento con balón (MSB – MCB). Fase de transición.
c) Momento sin balón (MSB). Fase de organización.
d) Momento sin balón (MCB – MSB). Fase de transición.


Cada uno de estos 4 subapartados hace referencia a una secuencia que se da en la naturaleza del juego y que nos permite dar otro paso más en la conformación de nuestro MDLJ antes de llegar al punto sobre los estilos del juego. En este caso incorporaríamos también para facilitar nuestra comprensión estas secuencias (Echeazarra, 2019):

a) MCB. Fase de organización. “Atacar hasta perder”.
b) MSB – MCB. Fase de transición. “Atacar desde recuperar”.
c) MSB. Fase de organización. “Defender hasta recuperar”.
d) MCB – MSB. Fase de transición. “Defender desde perder”.

Por cuestiones logísticas y de manejo de la información por parte del club o del equipo en cuestión, tenemos la posibilidad de codificar esta información y de esta manera asignar un número a los momentos desde la organización y a los momentos desde la transición. De esta forma, para nosotros la fase organización seria (1) y la fase de organización seria (2).

De igual manera elegimos otro código para hacer referencia a disponer del balón o a estar en disposición de recuperarlo. En este caso hemos elegido la “A” para la fase de disposición y la “D” para la fase de recuperación, quedando nuestro esquema anterior de la siguiente manera:


a) A1. = MCB. Fase de organización. “Atacar hasta perder”.
b) A2. = MSB – MCB. Fase de transición. “Atacar desde recuperar”.
c) D1. = MSB. Fase de organización. “Defender hasta recuperar”
d) D2. = MCB – MSB. Fase de transición. “Defender desde perder”.


Sigamos avanzando en esta construcción de nuestro MDLJ y abordemos el siguiente punto que sería el referente a los estilos de juego (Ítem 2.).
En este caso y sin meternos todavía en profundidad a nivel de estilos de juego, vamos a identificarlos
y simplificar su organización, por lo que hablaremos de 4 estilos diferentes que deberemos asignar a nuestros esquemas anteriores.
Atendiendo al sentido común pero también a lo que nos aporta la evidencia científica al respecto
(Castellano & Pic, 2019), podemos diferenciar 4 estilos de juego diferentes que serian los siguientes:


• Estilo Elaborado.
• Estilo Directo.
• Estilo Presionante.
• Estilo Replegante.


Como veis, los dos primeros (Elaborado y Directo) hacen referencia a la fase de disposición del balón y lo otros dos a la fase de recuperación (Presionante y Replegante). El siguiente paso debería ser el de asignar esta nueva idea al esquema que estamos conformando y quedaría de la siguiente manera teniendo en cuenta los códigos que hemos explicado anteriormente:


a) A1. Estilo Elaborado
b) A1. Estilo Directo
c) A2. Estilo Elaborado
d) A2. Estilo Directo
e) D1. Estilo Presionante.
f) D1. Estilo Replegante.
g) D2. Estilo Presionante.
h) D2. Estilo Replegante.

Estos estilos se duplican en relación a sus intenciones en los diferentes momentos y sus fases (Organización y transición) y se convierten en 8 tipos como los reseñados en el párrafo anterior.
Siguiendo la misma línea, deberíamos asignar también a los estilos una codificación para su posterior manejo a nivel de organización, por lo que podríamos utilizar las iniciales de los mismo estilos para poder identificarlos con claridad y posteriormente introducirlos en el esquema que estamos construyendo en relación al MDLJ. La codificación quedaría de la siguiente manera (Castellano & Pic, 2019),:


• E = Estilo Elaborado.
• D = Estilo Directo.
• P= Estilos Presionante.
• R= Estilo Replegante.


Una vez tengamos claro esto, podríamos dar el siguiente paso antes de entrar el punto 3 referente a los comportamientos en el juego referenciando de nuevo nuestro esquema.

El objetivo de reducir esta conceptualización con estos códigos facilita posteriormente el manejo de estos datos en el diseño y organización del proceso cuando creamos una organización semanal o juegos de entrenamiento en los que manejamos información muy variada.
Tras dar estas pinceladas organizativas en relación a los momentos y a los estilos de juego (Ítems 1 y 2), es el momento de afrontar los comportamientos del juego (Ítem 3).
En este caso hacemos referencia a 4 comportamientos básicos referentes a los diferentes momentos
de juego y que coinciden en las fases de disposición del balón y en las fases de transición.
La diferencia radica en que existen 4 comportamientos asignados a la fase de disposición (MCB) y otros 4 comportamientos asignados a la fase de recuperación del balón (MSB).
Los comportamientos a los que hacemos referencia dentro de nuestro MDLJ en el momento de disposición del balón tanto en fase de organización (1) como en fase de transición (2), serian los siguientes (Echeazarra, 2019):

• No perder el balón.
• Crear espacio para mantener y progresar.
• Movimientos para conectar lejos.
• Atacar situaciones de área.

Y los comportamientos a los que hacemos referencia dentro de nuestro MDLJ en el momento de recuperación del balón, tanto en fase de organización (1) como en fase de transición (2), serian los siguientes (Echeazarra, 2019):


• Presión sobre oponente con balón.
• Reducir espacio intra e inter líneas.
• Atención a jugadores alejados y espacio alejado.
• Atacar situaciones de área.


Estos comportamientos referentes al Ítem 3 planteado en el primer esquema de este apartado estarán siempre vinculados al Ítem 1(Momento de juego) y al Ítem 2 (Estilo de juego), por lo que se proyectarán en el juego de forma diferente en relación a las diferentes combinaciones que se puedan dar. Aunque el momento sea el mismo (Momento con balón) y el comportamiento también (Mantener o progresar en el juego), el desarrollo será diferente en función de los estilos (Directo o Elaborado) y de la fase en cuestión (Organizada o transición).
Una vez referenciados los comportamientos que pretendemos optimizar en relación a los momentos del juego y a los estilos, podemos adentrarnos en las relaciones (Ítem 4). Utilizando como soporte los espacios de fase del profesor Seirul.lo, debemos rescatar la idea de que todos los jugadores o jugadoras del equipo tienen determinados unos roles funcionales asignados en función de las relaciones de colaboración, relaciones de oposición y distancia con respecto al balón (Tanto en fase de disposición como en fase de recuperación).
De esta manera y sabiendo que nuestra propuesta como defenderé en el apartado 5 referente a las tareas y juegos de entrenamiento, será la de experimentar situaciones de juego respetando los elementos estructurales de la competición, comprendemos que todos nuestros jugadores o jugadoras deberán participar en los escenarios que proponemos, pero puede ser que en esos contextos que diseñemos nos pueda interesar poner el foco más sobre un@s jugadores/as que están en un espacio en cuestión, por lo que en este Ítem número 4 hablaremos de jugadores/as y espacios como detallo a continuación:


• Jugadores/as en espacio de intervención (Cercanos).
• Jugadores/as en espacio de ayuda mutua (Intermedios).
• Jugadores/as en espacio de cooperación (Lejanos).


Siendo conscientes de que en un juego o tarea de entrenamiento tod@s l@s jugadores/as deben tener participación y unos roles funcionales dinámicos y cambiantes en el tiempo, podemos pretender poner el foco referenciando el comportamiento de un@s jugadores/as en un determinado espacio de fase en relación a una intención (Del/a entrenador/a, cuerpo técnico o club) respecto a otr@s jugadores/as.
A modo de ejemplo y siguiendo el esquema realizado hasta el momento podríamos responder a los siguientes Ítems que os he trasladado para una mejor compresión de todo el proceso en general y del Ítem 4 (Relaciones) en particular.


• Ítem 1: Transición MCB-MSB (Aunque vivenciemos los 4 momentos).
• Ítem 2: Estilo Presionante (Referente a la transición referenciada en Ítem 1).
• Ítem 3: Acosar a oponente con balón (Aunque emerjan otros comportamientos).
• Ítem 4: Foco en jugadores cercanos. Intervención (Aunque participen todos).
• Ítem 5: Emergencias relacionadas con la presión tras pérdida, gestión de trayectorias de presión y ubicaciones, control de entrada (No pasarse de press), utilización de recurso en falta, disuadir a
poseedor de balón oponente…etc.


Por último, como podemos observar en el ítem 5 del esquema anterior, debo referenciar el concepto de Conductas o hábitos: Serán las emergencias que se generen en los contextos que se diseñan (tareas o juegos) respecto al desarrollo de l@s jugadores/as para aproximarse éxito.
Cada escenario o contexto generará un tipo de conductas o hábitos diferentes como podemos observar en la siguiente ilustración y cuando explique el apartado número 5 referente las tareas de entrenamiento.

4. ESTILOS DE JUEGO Y ESTRATEGIA OPERATIVA

¿Qué entendemos por estrategia operativa?. Son aquellas intenciones que se combinan en un plan a corto plazo en relación a la confrontación con un oponente en el que se enmarcan unas acciones pretendidas para la consecución de los objetivos marcados. Estas intenciones se diseñan en relación a los acontecimientos que se intuyen en función a las relaciones de colaboración y de oposición fundamentalmente y de otros constreñimientos propios del contexto.
Los estilos de juego tienen un papel capital dentro de este plan, puesto que van a ser el soporte sobre el cual apoyarse para llevar a cabo esas intenciones en búsqueda de la consecución de los objetivos.
El análisis del oponente es fundamental en esta ecuación, puesto que el estudio de sus regularidades
a nivel de fortalezas y debilidades será determinante para favorecer la reducción de la incertidumbre de lo que acontezca en cada episodio de competición.
Respecto a la incertidumbre, debemos entenderla como inherente al propio juego, ya que siempre van a emerger acontecimientos imposibles de predecir. Dicho esto, en mi opinión y después de varios años de experiencia, opino que un buen diseño de la estrategia operativa puede resultar crucial a la hora de aproximarte a los objetivos marcados.

Algunos de los elementos de la estrategia operativa referentes al oponente que se deben abordar y que por
otro lado están muy relacionados con los estilos de juego serian los siguientes. Fortalezas:

• Identificar que estilo de juego utiliza de forma regular contra los equipos que tengan un perfil similar al
nuestro y les lleva a conseguir sus objetivos.
• Identificar contra qué estilos tiene éxito.
• Identificar que estilos maneja con éxito cuando juega en casa.
• Identificar que estilos maneja con éxito cuando juega fuera de casa.
• Identificar aspectos positivos en su juego referentes a cómo se muestra contra sus oponentes en función
de su nivel (Clasificación alta, clasificación media o clasificación baja).
• Identificar qué aportan de positivo sus individualidades.
• Identificar qué recursos tienen ante ciertas situaciones especiales.

Por otro lado, se debería realizar el mismo análisis orientado a las debilidades que puede tener nuestro
oponente. Debilidades:


• Identificar estilo que estilo de juego utiliza de forma regular contra los equipos que tengan un perfil similar al
nuestro y les lleva a sufrir más.
• Identificar contra qué estilos no suele conseguir sus objetivos.
• Identificar con que estilos sufre más cuando juega en casa.
• Identificar con que estilos sufre más cuando juega en fuera de casa.
• Identificar aspectos negativos en su juego referentes a cómo se muestra contra sus oponentes en función
de su nivel (Clasificación alta, clasificación media o clasificación baja).
• Identificar aspectos negativos de sus individualidades.
• Identificar en que situaciones especiales sufren más.


A pesar de este estudio orientado a cumplir el objetivo de aproximarnos a lo que acontecerá en el partido,
debemos estar preparados para cambiar esa estrategia operativa si los requerimientos de la competición lo
demandan. La capacidad para adaptarnos ante las emergencias que sucederán con seguridad en la competición y que no tenemos previstas será fundamental.
La estrategia operativa relacionada con la competición bajo mi punto de vista no deberá tener presencia
durante toda la semana de entrenamientos a nivel de experimentación por parte de los jugadores/as. Esta
experimentación (Estrategia operativa) deberá incluirse en nuestra organización semanal en relación a varios factores:


• Tiempo que ocupará el entrenamiento orientado al aprendizaje que se quiere dispensar en relación al equipo e independiente a cualquier oponente.
• Tiempo que se quiere invertir en relación a la adaptación a regularidades del oponente.
• Situación actual del oponente en cuanto a todas sus estructuras.
• Situación actual propia en cuanto a todas nuestras estructuras.
• Importancia de la competición en cuestión.
• Sensibilidad del cuerpo técnico con la importancia del estudio de la competición y oponentes o de las cuestiones propias de la evolución de nuestro modelo.

5. ¿CÓMO PROGRAMAMOS LAS EXPERIENCIAS RELACIONADAS CON LOS ESTILOS DE JUEGO?

Sin entrar en profundidad debido al volumen de contenido al que se podría hacer referencia, propongo referenciar dos unidades temporales de diseño para identificar que papel jugarían los estilos de juego en las mismas:


a) Periodo preparatorio.
En este periodo contamos con características interesantes que nos permiten organizar el entrenamiento
de forma diferente a otros periodos. En este caso referenciamos 2 que he considerado importantes:

• No se necesita atender a demandas del oponente (Salvo situaciones de especiales).
• Mayor disposición de tiempo. Lo que permite preferenciar una prácticas de entrenamiento respecto a otras: Práctica espaciada, entrelazada, intensiva…etc. (Björk, 1994; Budé et al., 2011; Clark et al., 2011; Karpicke et al., 2007; Thorndike, 1923; Pashler et al., 2009; Riener et al. 2010; Rohrer et al. 2007).

Respecto al diseño de esta unidad temporal y su relación con los estilos de juego deberíamos atender dos momentos:

• Momento de identificación de los estilos en función de nuestro contexto (Estilos preferenciales, estilos utilizados de forma recurrente y estilos residuales).
• Momento de distribución de experiencias relacionadas con las vivencias de diferentes estilos a lo largo del periodo preparatorio.

En la ilustración que se puede analizar a continuación, se puede observar como se incorporan a cada día de entrenamiento diferentes estilos de juego en relación a su carácter preferencial, utilización recurrente y residual.
En función de los grandes eventos del periodo preparatorio (Días de partido, días de descanso, inicio del periodo preparatorio e inicio de la competición) a partir de los cuales organizaremos la distribución de nuestras experiencias dentro del mismo, distribuimos en las sesiones (únicas y dobles) mediante tareas de entrenamiento las experiencias que pretendemos. Estas experiencias estarán relacionadas con los estilos de juego atendiendo a su carácter.
De esta manera como podemos observar en la ilustración, existe una mayor presencia de los estilos preferenciales, seguido de los estilos utilizados con recurrencia y terminando con una presencia mínima, pero importante, de los estilos residuales.

La idea sobre esta distribución es la de llegar a la competición preparad@s para atender a todas las demandas del juego y del oponente pudiendo utilizar cualquier estilo de juego que requiera la situación.
El objetivo será poder generar un aprendizaje significativo, flexible, duradero y sólido en relación a los estilos de juego favoreciendo la transferencia (Morris et al., 1977; Perkins et al., 1992 ) a la competición.

b) Periodo competitivo y su organización semanal:

En este periodo contamos con otras características interesantes pero diferentes al periodo preparatorio que generan que las vivencias en cuanto a los estilos de juego se organicen de forma diferente. En este caso he referenciado 2 que he considerado importantes para la organización de este periodo:

• Atención a demandas que puede generar el oponente.
• Menor disposición de tiempo, normalmente de partido a partido (5 días de entrenamiento, y uno de descanso regularmente). Esta disposición reducida de tiempo nos obligará a combinar diferentes prácticas de entrenamiento: Práctica espaciada (Budé et al. 2011), entrelazada (Kang, 2016), intensiva (Ruiz Martin, 2019)…etc.

En la ilustración que se puede analizar a continuación, se puede observar la propuesta por la que hemos apostado para esta semana de entrenamiento, dándole importancia a nuestra evolución en relación a la idea pretendida y a la atención de las demandas del oponente del próximo partido.

En este caso se puede ver como preferenciamos los estilos que más vamos a vivenciar a lo largo de la semana junto a los estilos que intuimos que el oponente va a proponer.
De esta manera, nos apoyaremos en una práctica espaciada para vivenciar aquellas experiencias que tenemos programadas en relación a nuestra idea de juego y que son independientes a nuestros oponentes, para acudir también a una práctica intensiva ubicada en los días cercamos al próximo partido, relacionada con la atención a las regularidades de nuestro próximo oponente.

Coincidiendo con el periodo preparatorio, aunque con el soporte de diferentes medios de entrenamiento como acabo de explicar (Diferentes prácticas de entrenamiento), la idea sobre esta distribución es la de llegar a la competición preparad@s para atender a todas las demandas del juego y del oponente pudiendo utilizar cualquier estilo de juego que requiera la situación.

Los objetivos en cambio, serán por un lado seguir con la optimización de nuestro rendimiento en función de la programación realizada en base a nuestra idea de juego (Práctica espaciada y práctica entrelazada) generando un aprendizaje flexible y orientado al largo plazo, mientras que por otro lado creamos un efecto recordatorio en relación a situaciones del juego relacionadas con el oponente (Práctica intensiva), orientadas al corto plazo del próximo partido.

6. ESTILOS DE JUEGO Y COMO PROYECTARLOS EN TAREAS DE ENTREANMIENTO

Respecto a las tareas de entrenamiento podemos seguir el mismo patrón de diseño que os he propuesto a la hora de conformar el Modelo de juego para una mejor aplicación.

En esta propuesta podríamos destacar 3 subapartados de especial importancia en los que nos podemos apoyar para darle sentido a la construcción de tareas respecto al MDLJ o idea de juego; Serian los siguientes:

a) Elementos estructurales del juego:

En este caso vamos a pasar de forma superficial por estos elementos estructurales del juego que tendrán que aparecer en las tareas de entrenamiento en una alto % de experimentación para favorecer la transferencia a la competición (Perkins, 1992).
De esta manera, podemos atender a los siguientes elementos estructurales del juego para experimentar
con ellos durante el proceso de entrenamiento y así poder corresponder al objetivo de conseguir disponer de ventajas (En MCB y en MSB) que debemos aprovechar en espacios y tiempos adecuados. Son los siguientes:

• Duelo Colectivo (x : x).
• Orientación (Polarizado, Orientado, No orientado).
• Equilibrio (11 vs 11).
• Espacio individual de interacción (Eii).
• Alto grado de interacción (Oposición y Colaboración).
• Espacio simultaneo.
• Posesión ilimitada.

Es importante tener en cuenta que debemos atender al detalle en el diseño de nuestras unidades temporales para evitar que surjan conductas en el entrenamiento que generen comportamientos diferentes a los que pretendemos en competición (Casamichana, 2019).

b) Construcción de la tarea de entrenamiento y su relación con los estilos de juego.

En está secuencia que os propongo seguiremos estos 5 pasos:

• Momentos de juego (4 Momentos).
• Estilos de juego (4 Estilos).
• Comportamientos (4 Comportamientos por momento de juego).
• Relaciones (Espacios de Fase, Seirul.lo).
• Conductas (Hábitos).

Tras entender esta secuencia en la que nos podemos apoyar para construir las tareas de entrenamiento,
voy a utilizar el mismo esquema para preferenciar diferentes situaciones relacionadas con los 5 pasos que he determinado y así poder concretar la tarea que presentaré en la aplicación práctica.

c) Aplicación práctica.

A partir de las tres ilustraciones de este punto, relaciono los dos subapartados anteriores para poder proyectar la teoría a la práctica del entrenamiento mediante la tarea que expongo a continuación.

Uno de los factores más importantes para proyectar con facilidad esta idea y experimentar con los diferentes estilos de juego, es que podemos seguir los mismos pasos en el diseño de tareas que en la construcción del MDLJ que he explicado con anterioridad.

Seria interesante referenciar también en este caso la intervención del/a entrenador/a y el diseño de la tarea en relación al diferente impacto que pueden tener estas acciones e intenciones en el/la jugador/a (Oriol & Damunt, 2019).

7. ESTILOS DE JUEGO DESDE LA EVIDENCIA

Las tendencias actuales del entrenamiento y competición en fútbol cada vez integran más y de mejor manera los aportes que se realizan desde la comunidad científica.
A modo de “formación titular” de un equipo de fútbol, me he apoyado en 11 artículos científicos que
referencian la temática que estamos tratando.
En estas publicaciones que os voy a trasladar se referencian los estilos de juego en relación a algunos indicadores que tendrán impacto en el desarrollo de los mismos. Estos serán algunos de ellos:

a) Medición y cuantificación de los estilos de juego. Aportando objetividad (Artículos 1 y 2).
b) La posesión del balón como indicador de rendimiento y determinante en los estilos de juego (Artículos 3, 4 y 5).
c) Los resultados y su incidencia en los estilos de juego (Artículo 6).
d) La variable situacional. Jugar en casa o fuera y su influencia en los estilos de juego (Artículo 7).
e) Interacción con el oponente y su importancia respecto a los estilos de juego (Artículos 8, 9 y 10).
f) La cantidad y la calidad en referencia a los estilos de juego (Artículo 11).

En primer lugar me gustaría destacar un estudio reciente de Castellano y Pic (2019) sobre “la identificación y preferencia de estilos de juego en La Liga (1ª división española de fútbol) asociados
a los resultados de los partidos”.
Tras estudiar los comportamientos de los diferentes equipos que componen la 1ª División española, Castellano y Pic (2019) han identificado en primer lugar 4 estilos de juego diferentes y unos estilos preferenciales en cada equipo.
Aunque cada equipo muestra con más regularidad unos estilos de juego, la mayoría de ellos han mostrado diversos registros estratégicos en los diferentes partidos a lo largo de toda la competición y en ocasiones en el mismo partido. Es importante saber que los estilos preferenciales de cada equipo acercaron a los equipos al éxito.

Resultan muy interesantes bajo mi punto de vista las diferentes propuestas que reseñan en el apartado de conclusiones y que nos deben generar inquietud
por seguir estudiando estos procesos referentes a los estilos de juego: Reseño 3 de ellas:

a) Todos los equipos deberían tener un registro variado en referencia a los estilos de juego, por los diferentes escenarios con los que se van a encontrar
en la competición.
b) Los perfiles de jugadores deben estar conectados con el estilo de juego deseado al crear el equipo.
c) Los clubes deben desarrollar diferentes registros en cuanto a estilos de juego en sus estructuras para favorecer el desarrollo integral del jugador o de la
jugadora.

En el artículo número 2 (Hewitt et al.,2016) que os quiero trasladar, se abordará “el estilo de juego en el fútbol: ¿qué es y podemos cuantificarlo?”
En este artículo, los autores tratan de proporcionar un marco de ejemplo de métricas significativas en momentos específicos del juego que permitirá evaluar objetivamente los estilos de juego.
Ellos definen el estilo de juego como el patrón de juego característico demostrado por un equipo durante la competición de manera regular.
Y respecto a las variables que consideran importantes para determinar los estilos de juego destacan las siguientes:

a) Jugador y los movimientos del balón.
b) La interacción de los jugadores.
c) Elementos de velocidad, tiempo y espacio (ubicación).

La idea de los autores respecto a la definición y modelo de medición de los estilos es generar en la comunidad del fútbol una comprensión más clara y objetiva de lo que se entiende por este concepto y trasladarnos un método objetivo para poder comparar los diferentes estilos de juego.

En tercer lugar, creo que es importante que abordemos la variable de la posesión como medio que utilizan los equipos para llevar a cabo su juego. En este caso recurriré al estudio realizado por Casal et al. (2017), sobre “la zona de posesión como indicador de rendimiento en el fútbol. El juego de los mejores
equipos”.

El estudio concluye que a mayor tiempo de posesión en la zona ofensiva media, mayor posibilidad de victoria en el partido.
¿Podríamos decir que los equipos que optan por un estilo elaborado en sus momentos con balón tendrían mayor éxito? Para responder a esta cuestión y como bien hace referencia el estudio en sus conclusiones, nunca podemos olvidar que las individualidades construyen el juego siendo la calidad individual de los jugadores un factor clave de rendimiento, que determinará el éxito.

En cuarto lugar me apoyaré de nuevo en el trabajo de los mismos autores (Casal et al. 2019) y referenciaré la misma variable, “posesión en el fútbol: más que un aspecto cuantitativo: Un estudio de método mixto”.
En este caso el artículo nos traslada la identificación de diferencias entre los indicadores de rendimiento que influyen en el tiempo de posesión entre equipos exitosos y no exitosos.

a) Equipos exitosos: El tiempo de posesión estará influenciado por el tipo de arranque, intención y zona del campo.
b) Equipos sin éxito: El tiempo de posesión estará influenciado por la intención y el estado del partido.

Por otro lado existen otros indicadores que no influyen en el tiempo de posesión del equipo cómo la fase del torneo en la que se juega el partido, el período del partido, el contexto de interacción y el número de pases realizados.

En quinto lugar me ha parecido interesante compartir este artículo de Lago y Martín (2007), acerca de “los determinantes de la posesión del balón en el fútbol” en el que concluyen lo siguiente:

a) La posesión de los equipos depende del estado del partido en evolución (Si están ganando, empatando o perdiendo).
b) Los equipos tienen mayor posesión de la pelota cuando pierden que cuando ganan o empatan.
c) Jugar en casa aumenta la posesión en un 6% en comparación con jugar fuera de casa.


Por último, y muy relacionado con la temática del presente artículo, los autores trasladan que existen diferencias de posesión dependiendo de las identidades del equipo y del oponente. Es probable que el estilo de juego sea la razón de las diferencias de posesión de los equipos.

Ya en el meridiano de este apartado sobre aportes científicos en relación a los estilos de juego, os presento el sexto estudio en este caso adentrándonos en las situaciones especiales relacionadas con los resultados, presentando el estudio de Konefal et al. (2019), “la Evolución de la actividad técnica en diversas posiciones de juego, en relación con los resultados de los partidos en el fútbol profesional”.
Centrada en la Bundesliga, la investigación de estos autores indica claramente que la evolución de la actividad técnica entre los jugadores profesionales del juego está evolucionando en la dirección de una mayor precisión y una disminución en las cantidades o niveles de actividad.
Una de las reflexiones del estudio que rescato con interés en relación a los estilos de juego, es que las características más importantes del juego en los niveles de élite giran en torno a la calidad y no a la cantidad.

En séptimo lugar merece mucho la pena conocer las aportaciones de Lago-Peñas y Lago-Ballesteros (2011), sobre “los efectos de la ubicación del juego y la calidad del equipo en los perfiles de rendimiento en el fútbol profesional”.
Aquí podremos observar la importancia de jugar en casa y fuera a la vez que se identifican comportamientos diferentes de los equipos en relación a esta cuestión. Los resultados sobre los que han trabajado los autores nos muestran que la ubicación del juego y la calidad del equipo son importantes para determinar las actuaciones técnicas y tácticas en los partidos.
Por ello debemos entender que jugar en casa y fuera de casa tendrá un impacto diferente que podemos y debemos tener en cuenta:

Como punto importante en relación a la aportación de Tenga et al. (2017), a la dimensión de los estilos de juego, debemos atender a que la evaluación de la interacción de la oposición es de importancia
crítica también para el análisis del proceso de rendimiento de los partidos en el fútbol de élite.

Para terminar con este 11 titular de aportes científicos referidos a los estilos de juego, me gustaría finalizar como he iniciado esta serie citando de nuevo a Julen Castellano por lo mucho que me ha aportado acerca de esta temática que estamos tratando en este artículo. En este caso hago referencia al estudio “¿Cuánta influencia tiene la posesión del balón en el rendimiento del partido? Integrando datos físicos y tácticos” (Castellano y Clemente, 2019).
Terminamos este capítulo con destacando algunas reflexiones y conclusiones muy esclarecedoras relacionadas con los estilos de juego aportadas por los autores:

Igor Oca


UEFA PRO COACH
20 años como entrenador
Profesor Cursos UEFA

@IgorOcaPulido (twitter)          @igor_oca (Instagram)

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