El tema que desarrollo en el artículo es la situación actual del fútbol base, mi punto de vista sobre la confrontación que existe entre valores fundamentales e intereses personales de aquellas personas que participan de una forma u otra a lo largo del proceso formativo de los/as participantes.

¿Qué objetivos deben compartir las entidades? ¿Cuáles no?

Últimamente estoy viendo mucha controversia en las redes sociales acerca de los objetivos del deporte base, concretamente del fútbol. Resulta imposible que todo el mundo esté de acuerdo en un tema tan complejo que abarca tantas cosas, lo que no comprendo es la distancia y discrepancia tan grande que hay entre los extremos.
He podido leer y escuchar comentarios de todo
tipo, y después de todo, he llegado a la conclusión que hay dos grupos muy diferenciados. El primero lo forman
aquellos que tienen claro cual es el objetivo real del deporte formativo, compuesto a su vez por diversos subgrupos que sin compartir el mismo plan de actuación todos tienen la misma meta final, el desarrollo integral de los/as participantes. El segundo grupo considero
que se vuelve a dividir, por un lado, están aquellos/as que debido al proceso paulatino de madurez laboral cometen fallos, y por otro, aquellos/as que anteponen sus intereses personales a los colectivos, demostrando
con su forma de pensar y actuar que no están hechos para educar.
Si tenemos en cuenta que es un mundo enfocado a la conducción y orientación de individuos inmersos en pleno proceso madurativo, considero imprescindible
que exista una jerarquía en cuanto a objetivos.
El sentimiento que genera la victoria resulta satisfactorio para todo el mundo, eso es evidente e innegable,
pero creo que para encontrar el camino correcto
tendríamos que establecer el significado individualizado
de“victoria´´ ¿qué es ganar en edades tempranas?
Cada club o escuela está determinada por dos principios
fundamentales que marcan su hoja de ruta. El
primero es el presupuesto, el principal encargado de
cerrar o ampliar el abanico de herramientas disponibles
para la entidad. El segundo es la filosofía establecida
en la misma, la cual marca los intereses actitudinales
internos.
Bajo mi punto de vista, es evidente que todos los
equipos deberían compartir los objetivos formativos,
pero creo que es inviable y contraproducente tratar de
compartir los competitivos. Por lo tanto, los objetivos
deben ser realistas y estar en consonancia con el contexto
del club y de la plantilla.
Dicho esto, comparemos las canteras de equipos
profesionales con el resto de las entidades. Las primeras,
aunque no todas, buscan el resultado inmediato,
quieren tener a los mejores jugadores para obtener el
mejor resultado posible durante la competición ya que
su futuro en gran medida depende de esto, los segundos
tienen que trabajar con lo que tienen, prácticamente
los mismos jugadores temporada tras temporada,
puesto que el ratio de captación es incomparable uno
con otro. Sucede lo mismo si comparamos los recursos
disponibles entre ambas partes.

En los deportes colectivos se aprenden ciertos valores imprescindibles en el día a día de las personas fruto de las interacciones con compañeros y rivales, valores tales como la cooperación y trabajo en equipo, la búsqueda de un objetivo común, el respeto hacia compañeros y contrarios, la responsabilidad y autonomía, etc.
El fútbol en sí mismo es un deporte competitivo donde dos equipos tratan de ser mejor que su rival, es algo que forma parte de la esencia del juego, esto hace imposible separar la formación de la competición. Sin embargo, que exista la necesidad de competir para practicar este deporte, no supone que el único resultado positivo sea la victoria, o mejor dicho, que solo valga la victoria para aprender y avanzar.

En el fútbol, en el deporte y en la vida misma, las personas tenemos que saber extraer lecciones de
todo cuanto hagamos, saber analizar los resultados desde un punto de vista constructivo nos ayudará
a progresar. Si tenemos en cuenta que la competición genera vencedores y vencidos, creo que es un
contexto propicio e idílico para enseñar a los/as participantes esta lección.

Ver año tras año como equipos de tercera o cuarta línea usan mentiras escandalosas para aumentar su captación. A continuación, dos ejemplos de los muchos que se dan;
– “Si vienes estarás vigilado por ojeadores de canteras´´. Hace
años quizás te comías ese caramelo, pero ahora, en el mundo en el que vivimos, con la cantidad de recursos que existen para recopilar información, no tiene sentido. El problema viene con los padres que también tienen desvirtuado el objetivo real, los que son AGENTES ANTES QUE PADRES. Y con esto no hablo de ofrecer categorías altas, soy de la opinión puesto que que estas están hechas con un objetivo positivo, hablo de las entidades que hacen uso de mentiras y de palabrería barata, de los que se aprovechan de padres y madres que no entienden y se dejan guiar por aquellos que les dicen frases decoradas con tecnicismos. Pero lo más curioso reside en el hecho contrario, cuando vienen a por sus jugadores. En este caso se cierran en banda y son reacios a esas actitudes… ¿Doble moral? Puede ser. Muchos quieren hacer carrera con equipos de base, muchos olvidan que lo más importantes son los niños y niñas.
Nosotros somos meros consejeros y orientadores que aparecen y
desaparecen de su proceso formativo a medida que van creciendo… ¿No tendremos que buscar lo mejor para el niño? parte de su crecimiento, de su madurez, está en nuestras manos, no es algo con lo que se pueda jugar libremente.
– “Si vienes tendrás fisioterapeuta, estarás becado y entrarás
poco a poco en dinámica de un equipo superior al que vas a estar
de inicio´´. De ser cierto, aplaudo a los clubs que puedan acometer
dichas promesas, pero… ¿qué sucede cuando no pasa?, cuando
no se cumple, ¿pensamos en lo que generamos en el jugador o
jugadora?, la respuesta es “no´´. El sentimiento de frustración y de
engaño no es positivo dentro de una persona que se está formando a nivel deportivo, a nivel académico e inmerso en pleno proceso madurativo.
Esos jugadores/as al día siguiente tienen clase, tienen que
lidiar con esos sentimientos y sus responsabilidades, ser capaces
de separar una cosa de otra. Lo preocupante es que muchos no lo
consiguen, porque se habían hecho a la idea que en el fútbol “tenían opciones de ser…´´, o eso le habían hecho creer.

Por un lado, la CRUZ… Por el otro, la CARA

Del mismo modo que me he ido encontrando con situaciones desagradables
dentro de este mundillo, he tenido la suerte de vivir múltiples experiencias
que me han enriquecido enormemente como entrenador y como persona.
El deporte me ha dado la oportunidad de conocer gente que me ha ayudado
a mejorar día a día, felicitándome por mis aciertos y orientándome con mis
errores. Creo que este es el papel que precisamente debemos desempeñar
con los niños y niñas que están a nuestro cargo, con todos aquellos con los/
as que trabajemos. Teniendo esa actitud, nuestro contexto social replicará
dicha forma de actuar con sus propios contextos.
España es una referencia en lo que entrenamiento y conocimiento futbolístico
se refiere, fuera nos tienen como ejemplo a seguir, y todo gracias a que
contamos con grandísimos profesionales, y no me refiero únicamente a los
que pertenecen al ámbito profesional, englobo a todas aquellas personas
que de una forma u otra ayudan a mejorar día a día con esfuerzo y constancia
el fútbol base, tanto a nivel nacional como internacional.
Al igual que los equipos tienen que compartir unos objetivos e individualizar
otros, los entrenadores, estamos en la misma tesitura. Todos tenemos que
adecuar nuestros objetivos deportivos y competitivos a la realidad que rodea
al club al que pertenecemos, sin embargo, debería ser una ley universal
compartir de forma común todos aquellos que están relacionados con la
formación personal de los jugadores, jugadoras y todas aquellas personas
que se ven afectadaspor dicho proceso.
Muchas instituciones no son conscientes de la inmensa calidad humana
de sus plantillas, deberíamos poner como ejemplo a seguir todas aquellas
personas que anteponen los objetivos comunes a los propios, los que se
preocupan por tener un buen clima de trabajo con jugadores y compañeros,
aquellos que se preocupan por el desarrollo personal de sus jugadores/as,
etc… e ir erradicando poco a poco todo aquello que vaya en contra de lo
mencionado.

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