TITULACIÓN: UEFA PRO 

TRABAJO: Entrenador de fútbol, ex Kelme CF y Jove San Vicente entre otros y adjunto Coordinación Acadef Alicante

Esta temporada, atípica por la situación vivida por el COVID-19, el Real Madrid está realizando una de las temporadas más irregulares que se les recuerda. El equipo de Zidane está mostrando dos caras muy diferenciadas, es capaz de mostrar una imagen competitiva como el día de la victoria ante el FC Barcelona, como otra diametralmente opuesta, con sensaciones de inoperancia e impotencia, una siendo un gran ejemplo los dos partidos contra el Shakhtar o la eliminatoria en Copa del Rey con el modesto Alcoyano de 2B.

La merma de talento individual con las salidas en los últimos años de jugadores del nivel de Cr7, James Rodríguez, Gareth Bale, Morata, etc. y la bajada de nivel de Marcelo, que era un elemento desestabilizador para las defensas rivales, ha disminuido el caudal ofensivo de los merengues, unido a un síntoma, que le acompaña en estas últimas temporadas, como son los grandes problemas defensivos, hacen que el equipo del técnico francés no llegue a estar en todas las quinielas, hoy en día, para levantar los títulos más exigentes. 

Esta temporada esos problemas se traducen, a nivel estadístico, en que el equipo de Chamartín ha recibido la friolera de 29 goles en contra en 45 partidos disputados, que supone una media de 0´64 goles encajados por partido, algo que le coloca muy lejos por ejemplo del líder de la Liga que es el Atlético de Madrid que promedia 0´36 goles recibidos, repartidos en 46 partidos donde 17 veces fue perforada su meta. Esto no hace mas que ejemplificar, la gran diferencia competitiva en ese momento del juego. En este artículo vamos a ahondar en algunos de esos problemas en la fase del Momento Sin Balón.

1- Bloque alto desajustado:

El Real Madrid no es un equipo que destaque desde hace varias temporadas, a la hora de desarrollar su ataque posicional, los madridistas tienen serios problemas cuando el rival defiende el área, negando los espacios a la espalda de su última línea, y que, en muchas ocasiones, ante esa tesitura, el equipo no tenía más respuestas que una genialidad individual, o llevar rápido la pelota a los carriles exteriores para situaciones de centro-remate lateral.

El equipo del técnico francés no llega a estar en todas las quinielas, hoy en día, para levantar los títulos más exigentes.

Para paliar esas carencias ofensivas, de un tiempo aquí, Zidane apostó por una presión muy alta, consiguiendo minimizar ese impacto negativo en Momento con Balón ya que el Madrid con ese bloque altísimo, conseguía robar más cerca del área rival, con este desordenado y además conseguía que el rival atacara su última línea defensiva un menor número de veces. Lo que antaño fue solución, hoy se torna problema. El bloque alto del Madrid esta más desajustado, llega tarde y con trayectorias de acoso incorrectas, lo que hace que si el rival, está acertado, salga de esa primera presión con facilidad con muchos metros a recorrer con escaso acoso de los jugadores blancos y puedan atacar directamente la última línea defensiva del equipo blanco con mucha ventaja. Eso nos lleva directamente al segundo punto de análisis

2- Problemas estructurales de última línea:

La última línea defensiva de los merengues no destaca por su estabilidad. Los jugadores del Madrid son tendentes a actuar de manera extremista, compitiendo en algunos momentos con un nivel de relajación impropio de un jugador de elite, o de manera impulsiva dejándose llevar por el poder de atracción del balón. Esta última conducta señalada, los lleva a perseguir muchos casos al par o hasta al impar cuando tienen el rol de defensor directo, de manera innecesaria, sin priorizar el defender el espacio u orientar al poseedor a zonas más ventajosas para sus compañeros, con lo que rompen la estructura de línea, facilitando el ataque muchas veces, provocando que el rival con muy poco pueda crear una ocasión de gol

Sobre la organización de esta última línea también podemos destacar, la incorrecta ocupación espacial de los no defensores directos, tanto los jugadores con rol como segundo defensor situado cerca de la jugada, como los compensadores que están situados más alejados de esta.

Uno de los puntos de esta desorganización, es que las distancias de relación entre el defensor directo y segundo defensor son muy amplias, lo que dificulta que cualquier jugador que no sea participe directamente en la jugada, pueda defender la espalda del jugador que salta, o ajustar a este si es superado por el rival.

En el caso de los compensadores, estos suelen estar en desventaja posicional con los jugadores alejados rivales, siendo sus vigilancias insuficientes ya que estos atacantes del equipo al que se enfrentan no suelen estar referenciados, por lo tanto, si el rival es capaz de salir de la primera acción, pudiendo progresar y ser profundos, los defensores alejados no son capaces de ajustar para impedir esa amenaza de progresión.

3- Defensa del centro lateral:

El centro desde el carril exterior es una situación competitiva muy recurrente, ya que estadísticamente se repite con mucha asiduidad en los partidos, y con además gran incidencia en el marcador, ya que es una situación con un nivel de incertidumbre alto sobre todo para el equipo defensor, ya que,el número de estímulos a los que ha de atender el defensor es muy grande: colocarse en función de la altura del jugador rival que va a sacar el centro, calcular la trayectoria donde va a caer el balón, defender la zona o al rival predeterminado por el plan de partido, colocación motriz para minimizar el riesgo de error en la ejecución, etc.

En el caso del Real Madrid no parece que el equipo responda con un patrón claro que pueda ayudar a la hora de defender esa situación tan compleja, abriendo una vía por la que colarse al equipo rival.

Los pupilos de Zidane no parecen marcar al hombre, ya que no suelen fijar y referenciar a los posibles rematadores, pero también detectamos problemas si su elección es la de la defensa zonal, ya que no parecen tener designadas zonas prioritarias para ocupar a la hora de defender el centro, como podría ser defender las zonas a la altura de los palos y el punto de penalti y una estructura mínima para organizarse ante el balón lateral, como tal vez una zona 3+1 o 3+2.

Esto hace que, en muchas ocasiones el rival consiga ventaja posicional para ejecutar el remate a portería, aun teniendo los defensores blancos superioridad numérica manifiesta, siendo sobre todo el centro pasado al segundo palo, el más perjudicial para los intereses madridistas, teniendo los defensores superioridad numérica manifiesta, lo que se traduce en goles recibidos de esa manera.

4- Desorganización en Momento con Balón para la posible pérdida: 

Al entrenador francés le acompaña una fama de poco intervencionista en el desarrollo del modelo de juego del equipo, pero es un estigma que le acompaña de manera incorrecta. Podemos afirmar que el técnico, ha dotado al equipo de un abanico de soluciones en forma de salida de balón desde atrás, casi siempre apostando por iniciar en construcción corta, pero en esta apuesta podemos detectar que, para el técnico galo, no tiene mucho peso el ciclo continuo del juego, donde la organización que adaptas en momento con balón tendrá incidencia en el momento que lo pierdas.

Esto convierte a la misma propuesta en sí misma, en muchas ocasiones, en la mejor ventaja para el equipo rival, dado que el equipo blanco se estructura posicionalmente de tal manera que, por la amplitud con la que inician el juego, y la falta de jugadores compensadores ante la posible pérdida para poder intervenir sobre esta misma, hacen que cada pérdida de un jugador madridista, deje en franca ventaja a los jugadores del equipo rival que están en disposición de atacar, en muchas ocasiones con pocos o ningún jugador blanco que llegue a acosarlos en su progresión.

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