TXEMA INDIDAS

Director deportivo C.D. Leganés (La Liga Smartbank)

“Soy partidario de indagar más allá de las capacidades físicas, técnicas o tácticas de los jugadore e incluirlo en los informes”

 

¿Cómo llegas a ser director deportivo? ¿Por qué no entrenador?

He pasado toda mi vida jugando al fútbol en Segunda B y al final de mi carrera en equipos fuertes de Tercera. En uno de mis últimos años recalé en el Roquetas de Mar, que tenía un proyecto bonito y una ciudad que llevaba tiempo queriendo ascender. Como

jugador siempre tenía la intriga de mirar qué hacían excompañeros, ver muchos partidos, hacer seguimientos a equipos o incluso los resultados del siguiente rival que teníamos. Uno de esos años, cuando tenía ya una edad avanzada, el equipo no iba bien y el club iba a remodelar la plantilla en el mercado invernal. Es entonces cuando el presidente, que conocía esa otra cara mía gracias a nuestro entrenador y entrenador de porteros, me dio la oportunidad de seguir en el club pero en esa otra faceta, la del director deportivo.
En ese momento fue duro, porque no ves otra cosa que no sea jugar a fútbol, y de un día para otro tuve que cambiar las botas por coger el coche y empezar a viajar. No me dio tiempo ni a pensar. Ese fue mi inicio. Aquel año jugamos la promoción de ascenso y a la temporada
siguiente cogí las riendas definitivamente y logramos ascender a Segunda B. Después de cuatro años en Roquetas pasé un año parado en el que vi mucho fútbol y al siguiente hice diferentes entrevistas. Finalmente firmé con el Toledo porque apostaron de manera decidida por mí. Precisamente, descendimos de categoría a Tercera y en la restructuración del club, la propietaria decidió que el director general fuera el nuevo presidente y su primera decisión fue, pese a todo, seguir contando conmigo. La decisión no tuvo buena acogida, y lo entiendo.
Sin embargo, la siguiente temporada hicimos un proyecto bonito, quedamos campeones y ascendimos a Segunda B de nuevo. Y al año siguiente jugamos la promoción a Segunda División.

¿Cómo fue tu llegada a Leganés?

Gracias al trabajo que hicimos en Toledo mucha gente se fijó en mí. Después de estar cuatro años en Toledo y mientras estaba preparando otra campaña en Segunda B me llamó el Leganés. La dirección deportiva estaba formada entonces por Asier Garitanoy Felipe Moreno y necesitaban una persona para ayudarles. Para mí era un paso más en mi carrera deportiva. Y de nuevo pasó algo increíble. Al año siguiente estábamos los tres planificando un equipo en Primera División. Fue caer en el momento exacto. Y ahí nos mantuvimos cuatro temporadas. Ahora estoy inmerso en mi sexta campaña aquí.

“Al final sabes en qué deporte estás”. Cuando me ha ido bien en el Leganés siempre pensaba que cuando viniesen mal dadas no me podría quejar porque estoy viviendo algo que jamás habia pensado

¿Cómo es ser director deportivo en un club de élite?

Es complicado. El estrés es muy grande porque dependemos de un resultado en 90 minutos para una semana buena o mala. Para los que venimos de abajo y hemos vivido tantas cosas es enriquecedor pero te das cuenta que en la élite todo se sobredimensiona y la responsabilidad es mayor. Los descensos son momentos muy duros, pero o cambias rápido el chip y la mentalidad o no avanzas nunca. Los que estamos aquí somos los que tenemos que transmitir la ilusión. Al final sabes en qué deporte estás. Cuando me ha ido bien en el Leganés siempre pensaba que cuando viniesen mal dadas no me podría quejar porque estoy viviendo algo que jamás había pensando. Eso no quiere decir que no sigamos siendo competitivos, pero no hay que parar a lamentarse, sí a reflexionar para ver las cosas en las que nos hemos equivocado y dónde no debemos tropezar en el futuro.

¿Cómo gestionas el estado de ánimo?

Intento aprender de todas las personas que tengo alrededor. El año pasado me vino muy bien tener a mi lado a Javier Aguirre, que me insistía mucho en transmitir positividad. Las personas que están arriba en la pirámide de los clubs son los que no pueden venirse abajo porque si te ven débil a nivel anímico o transmites lo negativo todo se contagia. Contagiar el positivismo es más complicado, porque lo dan los resultados, pero el negativismo se contagia rápido. Además intento tener mucha afinidad con los jugadores porque así sabes cómo piensan y actúan. Creo que estando cerca de ellos es cómo mejor rendimiento se les puede sacar, porque todos somos personas.

“Todos los jugadores agradecen que seas cercano. Los que están en Primera y los que tuve en el Roquetas o en el Toledo”



El futbolista tiene la etiqueta de caprichoso…

Estamos hablando de jugadores con salarios altos, buenos coches y que salen por la televisión, pero lo cierto que al final son personas. Todos. Los que están en Primera y los que tuve en el Roquetas o en el Toledo. Todos agradecen que seas cercano. Yo soy así por mi manera de ser. Al final, a nosotros nos hacen buenos los que están en el terreno de juego y para que funcionen hay que intentar aportarles y darles todo lo positivo que tengas.

¿Cuánto tiene un director deportivo de entrenador?

En mi caso poco y no quiero tenerlo. En Roquetas me saqué dos niveles y me falta el nacional. No quiero porque no me gusta, no me llama la atención y además, parece que en los clubs, cuando van mal dadas tienden a ponerte en el banquillo y no quiero que el entrenador pudiera pensar que estoy deseando que lo echen para tener protagonismo durante dos semanas. Yo he decidido mi camino y tengo claro lo que quiero en el mundo del fútbol.

 ¿Y debe opinar sobre el trabajo del cuerpo técnico?

Opinar no. Me gusta estar cerca de ellos siempre, pero sobre todo cuando vienen mal dadas, porque lo vivo en mi persona y lo veo en los entrenadores. Jamás me he metido en sus alineaciones o en su manera de jugar. Todo lo contrario. Les apoyo al máximo y saben que estoy ahí para lo que necesiten. Ahora bien, si me preguntan mi opinión, sin meterme en su trabajo, sí se la daré, pero serán siempre constructivas por el bien del club y del propio entrenador

¿Cómo es la relación con la presidencia o los accionistas en el Leganés?

Hemos tenido la suerte de caer en un club familiar donde todo es muy ágil y cercano. Jamás se meten en el tema deportivo. Nos dicen los baremos económicos en los que nos movemos, pero a partir de ahí se rinden cuentas.

Ahora se apuesta por crecer en el área interna pese a estar en Segunda. Es llamativo.

Cuando desciendes parece que sobra gente en la dirección deportiva o comunicación. El presupuesto no es el mismo, pero nosotros hemos tenido unos ingresos importantes por la venta de jugadores que hace más factible sostener eso. Si cuando das un paso atrás en lo deportivo se dan en todas las áreas, más te costará recuperar la categoría perdida. Todas son importantes. Soy de los que piensa que no por salvarte todo se ha hecho bien ni por descender todo se ha hecho mal.

Has renovado solo durante un año, ¿por qué?

Estábamos en un momento complicado, encerrados en casa por el confinamiento y el COVID, pensando en las últimas jornadas que nos quedaban. Acababa contrato en mayo y pasara lo que pasara tenía claro que quería estar con ellos hasta el final, no quería abandonar el barco en ese momento. Hablé con el club y les dije que no iba a ser problema el número de años. Ya nos conocemos y sabemos cómo trabajamos. Estoy contento en el club.

¿Cómo gestionaste la salida de los dos goleadores en mitad de la temporada pasada?

Fue muy duro. Aguirre había conseguido tener al grupo muy enchufado con dos delanteros con gran potencial. De repente nos pagaron la cláusula de En-Nesyri en el mercado invernal. Entonces nos sentamos con el míster y no vimos un delantero en el mercado mejor que Martin Braithwaite. Decidimos reestructurar el equipo, buscar jugadores de otros perfiles que nos dieran otras cosas como Assalé, pero el castillo se nos vino abajo cuando en plena competición y fuera de mercado nos quitan a Martin también. Si a cualquier equipo de la liga le quitan a sus dos delanteros sus objetivos se vienen abajo. Lo de Martin ayudó mucho a empujarnos al precipicio.

¿Cómo es posible que el entrenador que casi obra el milagro finalmente no siga?

Sin saber cómo iba a acabar había conseguido ilusionarnos. Aguirre no se veía en Segunda División no porque se le cayeran los anillos, sino porque le iba a costar mucho conocer y controlar los equipos. Lo tenía bastante claro. Si nos hubiéramos salvado hubiese seguido con nosotros.

¿Por qué apostasteis por Martí?

La decisión del entrenador para mí es la más difícil. Solo puedes tener una correcta valoración deaquellos con los que has trabajado. Pusimos los piessobre el suelo: dentro del ramillete de entrenadores disponibles, había dejado el fútbol hacía poco, tiene mentalidad de jugador, tiene empatía con los jugadores, los entrenamientos gustan, ha jugado más de 500 partidos como futbolista y como entrenador ha tenido vivencias en Tenerife, Girona y Deportivo. Somos un club familiar y cercano y buscamos personas “normales” en este mundo.

En los últimos meses ha adquirido gran importancia la cantera.

El año pasado la cantera tuvo importancia en todos los clubs a causa, por desgracia, de la pandemia, porque hubo que tirar de la gente de abajo en situaciones extremas. No sé si hubieran tenido esas oportunidades en una liga normal, pero lo cierto es que han sabido aprovecharlo.

¿Tienes una planificación anual del curso?

Somos un club que nos gusta ir de la mano del entrenador porque los jugadores que a nosotros nos parezcan buenos les tiene que dar el visto bueno el entrenador, que es el que los pone. Intentamos trabajar a medio plazo mirando el mercado siguiente, pero vas de la mano con él y nos sentamos juntos para hablar de futuro, de las carencias y de los puntos buenos que tenemos en la plantilla. Luego es cierto que por mucha planificación que haya se dan circunstancias que te las rompen.

¿Cómo te llega la información sobre jugadores de otros equipos?

Hay de todo un poco. Vas conociendo mucha gente del mundo del fútbol, hablas con exjugadores y una cosa que a mí me encanta que ahora, por desgracia, no se puede, que es ir a los campos. Ahora eso tiene que ser por vídeo, pero creo que aunque te da una información importante es más efectivo cogerte el coche y ver los partidos. Luego además hay otros que ya conoces o se dan situaciones personales muy especiales porque quieren jugar en un determinado lugar. Por eso tienes que tener la máxima cantidad de información posible. En los informes, junto a las capacidades técnicas, físicas o tácticas, soy partidario de indagar más allá y meterlo en el informe; te puede dar un plus en el futuro.

¿Te da tiempo a formarte?

Me gustaría hacer muchas más cosas, formarme en idiomas entre ellas, pero el fútbol me absorbe 24 horas. Hay personas que pueden desconectar en casa, pero yo no tengo esa habilidad. Nunca me da tiempo a tener todo ordenado y los informes de jugadores que quisiera. Si ves 200 partidos al año no te da tiempo a todo.

¿Cómo padeces la destitución de alguno de tus entrenadores?

Muy mal. No he destituido a muchos en mi carrera dentro de la dirección deportiva. Pellegrino no fue destitución, sino que llegó un momento que, por su manera de ser, nos dijo que se apartaba. Fue muy honesto. Pasamos muchas horas juntos y ahora veo sus partidos y le escribo un whatsapp de vez en cuando.El fútbol pasa, pero las personas no y te tienes que sentar delante de una persona y despedirte. Es duro porque a nivel sentimental me involucro mucho. Es el mundo en el que estamos y hay que aceptarlo. Pero pasa igual con los jugadores. Lo peor de todo es tener que tomar esas decisiones, pero hay que separar lo profesional de lo personal.

La Segunda División es difícil, ¿verdad?

Y larga. Cuando vienes de Primera parece que tienes la vitola de “gallito” y si no asciendes es un fracaso, pero no todo el que desciende asciende a la primera. Tenemos el hándicap que tenemos al Espanyol en la liga que parece que va a subir sí o sí. Fijarnos en él no nos hará ningún bien. Tampoco esa presión que nos metemos desde dentro es buena, porque lo vemos todo muy negativo. Todo son pegas si no ganamos siempre pero a nivel de números no estamos tan mal. En nuestro último ascenso llevábamos 13 puntos en la jornada 11, seis menos que este año, en cambio no tenías esa presión y cada punto era una alegría. Ahora cada punto parece un desastre.

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